Antecedentes
En la década de los setenta, D. Antonio Olivares Cano menciona reuniones sobre la Coronación Canónica de Santa María de la Alhambra. La idea se mantuvo viva hasta que, en 1984, la Junta de Gobierno decidió recopilar documentación para iniciar el proceso. La imagen cumplía con los requisitos de la Sagrada Congregación y contaba con una gran devoción en Granada, siendo la titular de la Hermandad con más hermanos después de la Patrona.
Se propuso solicitar la coronación en 1992, coincidiendo con el Quinto Centenario de la recristianización de Granada. Tras reuniones con el nuevo Arzobispo Coadjutor, RVdo. Sr, D. Fernando Sebastián, se preparó un expediente completo con apoyos e investigaciones. Sin embargo, la respuesta fue negativa, alegando que no era el «momento pastoral oportuno» debido a la oposición en algunos sectores de la Iglesia, especialmente por los costos asociados a la carroza del Corpus.
A pesar de la decepción, la Hermandad aceptó el consejo y decidió esperar un momento más favorable, pero los años pasaron sin avances.
Monseñor Cañizares y su apoyo
A finales de 1996 y principios de 1997, Monseñor Antonio Cañizares se convirtió en un apoyo clave para la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias de Santa María de la Alhambra en Granada. Tras establecer una relación cercana con miembros de la Hermandad, en una audiencia en el Palacio Arzobispal, se abordó el deseo de coronar a la Virgen. Monseñor Antonio Cañizares, al escuchar los argumentos, mostró su entusiasmo y reveló que ya conocía el expediente de Coronación, sugiriendo que se preparara para llevar a cabo el evento en mayo de 1999 (aunque finalmente se retrasaría un año), como parte de los actos previos al Gran Jubileo del año 2000.
La noticia causó gran alegría, pero también planteó preocupaciones sobre cómo financiar la coronación y los eventos relacionados. A pesar de los desafíos económicos, se decidió involucrar a la comunidad y buscar apoyos para llevar a cabo el proyecto, iniciando así un trabajo silencioso para hacer realidad la coronación.
Con gran discreción, la Hermandad comenzó a prepararse para la Coronación de la Virgen de las Angustias. Se formó una comisión especial para organizar los eventos, mientras la Junta de Gobierno continuaba con las actividades diarias. En mayo de 1998, el Arzobispo anunció oficialmente la coronación, programada para el año 2000 en el marco del Jubileo.
Se establecieron dos comisiones: una de honor, con personalidades relevantes, y una ejecutiva, de la cual fue nombrado presidente José Luis Ramírez Domenech. A lo largo del año, se trabajó en la planificación y obtención de fondos, enfrentando ciertas tensiones dentro de la Hermandad debido a la novedad del evento. La Coronación requería una corona, y hubo debates sobre si debía hacerse en Granada o en otro lugar.
Finalmente, se seleccionó la propuesta del orfebre granadino D. Miguel Moreno, quien ofreció su trabajo como donación, cubriendo así solo los materiales. Sin embargo, en marzo de 2000, la Delegación Diocesana de Arte Sacro rechazó el diseño inicial de la corona, argumentando que distraía de la devoción hacia la Virgen. Ante esta situación, el Arzobispo permitió la modificación del diseño, lo que llevó a la creación de un nuevo proyecto que fue aprobado rápidamente.
Con la nueva corona en proceso y el evento acercándose, la comunidad se unió en los preparativos, que culminaron en la coronación de la Virgen en mayo de 2000.
Esta corona, ya sí definitiva, figura en tratados de platería de la Universidad de Murcia como una de las obras más importantes ejecutadas en España en el último tercio del siglo XX. Su descripción la realiza la doctora Dª. Pilar Bertos Herrera, Catedrática de Arte de la Universidad de Granada, en un capítulo dedicado a la misma, en el texto “Estudios de Platería”, editado por la Universidad de Murcia en 2003, de la siguiente forma:
“Así como declara el propio autor, en la base del canastillo hay una cenefa de granadas que representa la ofrenda de la ciudad a la Virgen, en el frente, y sobre esta, figura el escudo de la Hermandad y, en los ejes y parte principal del canastillo, cuatro medallones con los símbolos pasionarios.
También reparte azucenas, que indican la pureza de la Madre de Dios, cuatro cabezas de querubines en la base de los nervios, que nos llevan a lo sobrenatural, y en la parte superior de estos, coloca cuatro ángeles corpóreos símbolo de amor y de gloria, descansando entre nubes la bola del mundo rematada por cruz, y, como complemento de todo ello, la presencia de una delicada paloma, la del Espíritu Santo, que sitúa en el interior de la misma.
La obra, en definitiva, constituye una afirmación de la Pureza de María, Madre de Dios (….)
La Corona lleva un total de 2300 gramos de oro y algo más de 1100 de plata, estando compuesta por 839 piezas de plata y oro, y aparte 365 perlas naturales, 33 esmeraldas y 156 diamantes, datos y cifras frías que se traducen en las manos hábiles de nuestro artista en una primorosa obra, plena de simbolismo y de belleza, que comporta además un profundo espíritu religioso y amplios conocimientos artísticos y religiosos”
A ello, tal y como señala la doctora Bertos Herrera en otro lugar de su obra, hay que añadir que está rematada por una cruz de oro y esmeraldas, así como por un topacio engarzado en oro blanco que corona el fijador de la misma a la talla.
Su importe, aunque no sea lo más importante, ascendió a seis millones de pesetas en materiales (oros amarillo, blanco y rosa de 18 y 22K y plata de 925 mm) más un millón en mano de obra auxiliar; ya hemos dicho en otro lugar que Don Miguel Moreno no cobró cantidad alguna por su diseño y trabajo.
La corona fue ofrecida y costeada por D. Adolfo Machado Quintana, propietario de Radio Granada, Hermano Mayor Honorario. La pedrería integra fue regalo de otros dos hermanos y una hermana. La Cofradía, en cambio, acometió como obra social la donación al Proyecto Oasis, a través del Arzobispado, de igual cantidad, esto es siete millones de las antiguas pesetas.
La Coronación de la Virgen estuvo marcada por un proceso intenso de preparación y numerosas actividades. Aunque la entrega de la corona se realizó solo 48 horas antes del evento, se había contemplado una alternativa en caso de no estar lista, pero finalmente no fue necesaria.
Se llevaron a cabo muchas iniciativas, incluyendo la restauración de las imágenes de la Hermandad, confiada a restauradoras locales. Durante el año, se realizaron charlas formativas y conferencias, algunas destacadas sobre la Sábana Santa, que atrajeron gran interés.
El evento también incluyó la presentación de un cartel artístico (obra de Hipólito Llanes) y un pregón (D. Manuel Benítez Carrasco), que se vio afectado por la enfermedad del poeta inicialmente elegido, por lo que finalmente se encargó D. Juan Antonio Ortiz López. Además, se organizaron peregrinaciones y se contó con la colaboración de diversas orquestas y coros para los actos.
La novena en la Catedral fue acompañada por varios coros, creando un ciclo de conciertos único. Todo este esfuerzo culminó en una celebración significativa, consolidando la devoción y la unidad de la comunidad en torno a la Virgen.
La organización de una novena en la Catedral de Granada, que es una de las más grandes de España, generó dudas sobre su viabilidad. A pesar de las preocupaciones, la devoción de los granadinos resultó en una afluencia notable, comenzando con 856 asistentes en el día de menor concurrencia y culminando en más de cinco mil durante la coronación.
El evento incluyó recepciones diarias de Hermandades y Comunidades, comenzando con una oficial del Cabildo Catedral, y se realizó una emotiva bajada de la Virgen desde su sede en la Alhambra hacia la Catedral. Este recorrido estuvo adornado por la participación del barrio, con altares y coros en las calles.
Durante la bajada, se ofrecieron ramos de flores a varias imágenes marianas, aunque no se pudo introducir el paso en los templos visitados. Finalmente, al llegar a la Catedral, se celebró una oración del Jubileo y se preparó un altar espectacular para la Virgen, aunque hubo un contratiempo con la estructura que sostenía el altar, que quedó doblada y marcada con una frase “Sólo Dios pudo doblarla” que enfatiza la intervención divina.
21 de Mayo de 2000: La ansiada Coronación
La ceremonia de Coronación fue un evento extraordinario. La Virgen, adornada con flores y un sudario elaborado por la bordadora Dª. Cristina Gutiérrez, atrajo a una multitud a pesar de la intensa lluvia. Con mil quinientas invitaciones y acceso libre para el resto, la Catedral se llenó rápidamente.
La celebración se inició con una procesión que incluía ofrendas simbólicas, como un ladrillo y la corona de la Virgen. Durante la misa, el Arzobispo, Monseñor Cañizares Llovera, coronó a la Virgen, mientras sonaba el Himno Nacional. Hubo momentos destacados, como la entrega de la Granada de Oro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios a la Virgen y la Medalla de Oro de la Ciudad de Granada, un honor sin precedentes para una imagen religiosa.
La ceremonia también incluyó una bendición apostólica del Papa Juan Pablo II, lo que elevó aún más el significado del evento. Al finalizar, la celebración dejó una profunda impresión en todos los asistentes, marcada por aplausos y un sentido de devoción.
Tras la emotiva Coronación, hubo momentos de abrazos y lágrimas, seguidos de la preparación para la procesión de regreso a su templo. A pesar de la lluvia, el optimismo creció cuando se supo que en Sevilla no había caído agua. Al final, el tiempo mejoró y la Virgen salió a la plaza de las Pasiegas, donde una multitud la recibió con pétalos y música de la Banda del Mayor Dolor.
La procesión, acompañada por numerosas hermandades y autoridades, avanzó con gran esplendor. A medida que la Virgen se acercaba a la Alhambra, la atmósfera se tornó aún más festiva. La entrada en su templo marcó el cierre de un día memorable, que dejó huellas profundas en todos los participantes.
Poco después, la Real Federación de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Granada, obsequió a la Hermandad con una Daga de oro y plata. La experiencia se recordará durante años, especialmente por la reverencia y devoción del Arzobispo, ahora Cardenal, hacia la Virgen.
Salve, Santa María de la Alhambra.
!Dios te salve! Reina y Madre de Granada
que está a tus pies anclada
entre el Darro y el Genil.
Esperanza que nos guía
hasta que llegue es día
que nos lleves hacía ti.
Que los valles que forman
los dos ríos de Granada,
el Albaycín, Sacromonte,
la vega, Sierra Nevada…..
Te están pidiendo tus hijos,
con lágrimas en la cara,
que los tengas junto a Ti
cuando se les vuele el alma.
Abogada, Mediadora,
la más guapa Señora
que en esta Alhambra existió,
que nos muestras ese Fruto
que de tu vientre salió,
y que al verlo hoy en tus brazos,
se estremece el corazón.
Vuelve tus ojos, Señora
y pide a Cristo que mire
a tus hijos de la Alhambra
para que, !Madre!, podamos
Contigo un día habitarla
Ángel Luis Sabador