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1976-2000

En 1977, la Cofradía de Santa María de la Alhambra decidió trasladar su Estación de Penitencia del Jueves Santo al Sábado Santo debido a problemas logísticos y de iluminación en su itinerario, particularmente en la Plaza Nueva y la calle Reyes Católicos, donde interfiere con la Cofradía del Silencio. Este cambio también se motivó por la petición expresa de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Granada por la necesidad de incrementar la recaudación por el alquiler de sillas. La decisión fue respaldada por una votación mayoritaria en la Junta de Gobierno de la Hermandad  y se implementó como una medida provisional que se convirtió en definitiva. Aunque al principio la Cofradía de la Alhambra perdió la tradicional asistencia de la banda de música municipal, que debía acompañar al Santo Sepulcro, logró evitar conflictos con otras hermandades que también habían cambiado su día de salida.

En este contexto, la Hermandad también intentó crear un cuerpo de costaleros para liberarse de la dependencia de los portadores profesionales, quienes solían hacer demandas económicas durante la procesión. Aunque en un principio se intentó formar un Grupo de Horquilleros, la falta de cofrades suficientes llevó a seguir contratando a costaleros profesionales en 1978. Finalmente, en 1979, se logró establecer un Cuerpo de Costaleros que permitió a la Cofradía llevar a cabo sus procesiones de manera independiente, alcanzando su consolidación total en 1981.

A finales de los años setenta, la Junta de Gobierno de la Cofradía experimentó cambios, incluyendo la creación de nuevos cargos para mejorar su operatividad. Sin embargo, en 1979 se decidió regresar a una estructura más tradicional, conformando una directiva de 18 miembros y estableciendo tres diputaciones: Camareras, Juvenil y de Cultos.

En 1978, se intentó traer a la Legión para dar mayor esplendor a la procesión del Sábado Santo, pero al no conseguirlo, se optó por financiar con el presupuesto que iba destinado a tal representación la creación de un «Senatus» en talleres sevillanos. Este objeto de orfebrería se presentó en 1979, y una cartela bordada se estrenó en 1980. Durante este período, también se renovó la daga de la Virgen y se crearon nuevos faroles para la Cruz de Guía, todos elaborados por los Talleres de Villarreal.

Un cambio significativo fue la introducción de un nuevo guión en forma de «bacalá», lo que generó cierta oposición por considerarlo un despilfarro en lugar de destinar recursos a la casa de hermandad. A pesar de esto, la ejecución del guión se aprobó y se estrenó en la procesión de 1981.

Al final de la década, en 1979, falleció D. Ricardo Martín Campos, una figura clave en la historia de la Hermandad, dejando un legado continuado por su familia en la cofradía.

Los Años Ochenta: El resurgir de la Semana Santa granadina

Durante la década de los ochenta, la Cofradía de Santa María de la Alhambra experimentó un notable resurgimiento, comenzando con la búsqueda de un local permanente para sus actividades. Tras años de trasladarse entre varios lugares, la junta directiva decidió en 1979 formar una comisión para encontrar una Casa de Hermandad.

En 1980, se alquiló un piso en la Placeta de San Gil, que fue acondicionado e inaugurado el 12 de octubre. Este local no solo ofrecía un espacio para reuniones, sino que también se encontraba en un sitio históricamente significativo, cercano a donde se fundó la cofradía en 1928. Además, en 1981, la procesión de la Hermandad volvió a pasar por esta ubicación, restableciendo un antiguo itinerario.

La nueva casa se convirtió en un punto de encuentro para los cofrades, facilitando la convivencia y la celebración de eventos. Se incorporó un mosaico en la fachada, que representa a Nuestra Señora de las Angustias de Santa María de la Alhambra, y se añadieron elementos decorativos que reflejan la identidad de la hermandad. Esta revitalización del espacio contribuyó al fortalecimiento de la comunidad cofrade.

Relaciones entre la Hermandad de Santa María de la Alhambra y la Hermandad de Ntra. Sra. de las Angustias

Desde su fundación, la Cofradía de Santa María de la Alhambra ha mantenido estrechos lazos con la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. de las Angustias. Ambas hermandades comparten la misma advocación y un fuerte sentido de granadinismo, lo que ha fomentado la participación mutua en cultos y procesiones, incluyendo la colaboración en la procesión de la Patrona de Granada en septiembre. A lo largo de los años, se intercambiaron presentes durante diferentes actos protocolarios, culminando en 1981 con el hermanamiento entre ambas hermandades.

Legión

En un contexto diferente, la Hermandad de la Alhambra buscó incluir a la Legión en su procesión, un deseo que data de 1959. Después de varios intentos fallidos, en 1982, se concretó la participación de la Legión, la cual se convirtió en un espectáculo popular, atrayendo a grandes multitudes. Sin embargo, esta popularidad también generó preocupaciones sobre la esencia religiosa de la procesión.

A lo largo de los años, las expectativas y necesidades económicas de la Legión llevaron a tensiones entre ambas partes. A partir de 1989, las exigencias financieras de la Legión aumentaron, culminando en la decisión de la Hermandad de prescindir de su participación en 1990. Este cambio se valoró positivamente, pues no afectó la asistencia del público, permitiendo que la atención se centrara de nuevo en la esencia religiosa de la Semana Santa.

En 1988, la Hermandad de la Alhambra enfrentó la negativa del Ayuntamiento de Granada a ceder la banda municipal para su procesión, lo que fue decepcionante dado que la banda había participado históricamente. Para solucionar esto, la hermandad contrató por primera vez una banda sevillana, la de Guillena, que tuvo una actuación tan exitosa que fue recontratada al año siguiente. En 1991, la banda municipal volvió a participar sin costo, junto a otras bandas andaluzas.

Además, fallecen tres de las figuras clave de la Hermandad en 1982, como D.Juan Alonso Roda y D. Miguel Rosales Camacho, quienes habían tenido un papel fundamental en su historia. Para honrar su legado, la Hermandad estableció una galería de retratos de todos los hermanos mayores desde su fundación. La otra pérdida fue la de D. Mariano Martín del Carpio, muchos años tesorero de la Hermandad, que durante tantos años prestó su casa para celebrar las reuniones de su Junta de Gobierno.

Sacramental

En 1984, la Hermandad decidió revivir los Cultos Sacramentales que antiguamente estaban ligados a la iglesia de Santa María de la Alhambra. Con la autorización del Sr. Arzobispo, se celebró una Función Eucarística y se organizó la primera «procesión de las espigas», que recuperó una tradición local. Esta procesión, que había sido parte de la vida religiosa desde al menos 1926, se llevó a cabo en junio, con la Sagrada Forma portada en custodia.

Desde entonces, la Hermandad ha fortalecido sus cultos, procesionando el Santísimo Sacramento en una custodia monumental y extendiendo el recorrido de la procesión. Además, restauró el Jubileo de las 40 horas y estableció un turno de adoración al Santísimo en 1988, que se realiza el día 12 de cada mes. Esto marcó un paso significativo hacia su consolidación como Hermandad Sacramental.

Costaleros

Los costaleros de Granada jugaron un papel crucial en la revitalización de las hermandades de Semana Santa durante las décadas de 1970 y 1980. Sin embargo, surgieron conflictos, especialmente debido a las actitudes exigentes de los costaleros profesionales.

Para solucionar estos problemas, muchas hermandades formaron cuerpos de costaleros, aunque esto también generó tensiones internas. En 1986, la Hermandad de Santa María de la Alhambra sufrió una crisis de indisciplina que resultó en la dimisión del capataz “Antoñín” y otros miembros. La situación se complicó con el apoyo de treinta costaleros a los dimitidos, lo que provocó más conflictos dentro de la Junta de Gobierno.

Aunque se intentaron soluciones, la inestabilidad continuó en los años siguientes, incluyendo ceses y readmisiones de capataces. En 1989, D. Sebastián Pérez Ortiz dimitió, siendo D. Mariano Martín Casco su sucesor hasta que en 1992 se designó a D. Miguel Civantos Martínez, y permaneciendo éste en su cargo hasta que en 1995 se nombró capataz a D. Francisco García Figueroa. Tras un intento por parte de la Junta de Gobierno de restituir a D. Miguel Civantos en 1997, se decide de común acuerdo con los costaleros, que el nuevo capataz sea D. Ángel Sabador Martín acompañado del propio D. Francisco García Figueroa; el cual en 2001 es nombrado nuevamente  capataz por el nuevo Hermano Mayor, D. José Luis Ramírez Domenech, y que permaneció en su cargo hasta 2009 logrando así una estabilidad más que necesaria en el Cuerpo de Costaleros.

A lo largo de su historia, la Hermandad de la Alhambra ha demostrado capacidad para superar estas dificultades, priorizando el bienestar de la Hermandad y la devoción hacia sus Sagrados Titulares.

Finales de los 80

En 1987, la Hermandad decidió crear un nuevo Guión o «Bacalá», financiado por el Cuerpo de Camareras, aunque algunos miembros de la Junta de Gobierno preferían abordar otros problemas urgentes, como la restauración del trono de la Virgen y la financiación de nuevos hábitos. El diseño del guión fue encargado a D. Miguel López Escribano, y el bordado se realizó en el taller sevillano de Dª. Piedad Muñoz, utilizando hilos de oro y plata sobre terciopelo azul. El gasto del mástil de plata fue cubierto por Radio Granada.

En 1988, para promover la devoción a la Virgen, la Hermandad nombró al Colegio de Agentes Comerciales de Granada como Hermano Mayor Honorario, quienes donaron una peana de alpaca plateada para la imagen. Esta peana se bendijo en una ceremonia en la iglesia de Santa María de la Alhambra, y la Junta de Gobierno, decidió eximir de cuotas a los miembros del colegio.

En cuanto a la salida penitencial de 1987, la Hermandad enfrentó dificultades debido a la prohibición de encender bengalas en la Puerta de la Justicia, impuesta por el Patronato de la Alhambra. A pesar de las tensiones, la salida se llevó a cabo como de costumbre. Aunque en 1989 se sugirió sustituir las bengalas por un rayo láser, esta opción no fue bien recibida. En 1991, se permitió el uso de bengalas, aunque con limitaciones de tiempo. La Junta de Gobierno siguió luchando para mantener la tradición de las bengalas, que eran parte esencial de la identidad de la Cofradía.

A mediados de los años ochenta, el trono procesional de la Virgen, que no se había restaurado desde 1952, requería urgentemente una intervención. Se formó una Comisión Permanente para gestionar la restauración, que incluía a miembros clave de la Hermandad. Se presentaron dos proyectos, siendo el de los Talleres de Villarreal de Sevilla el finalmente aceptado, que incluía el plateado del trono y la sustitución de componentes dañados. Para financiar la restauración, la comisión buscó subvenciones que fueron denegadas, por lo que decidieron solicitar contribuciones económicas de los hermanos. Aunque se propuso grabar nombres en las columnitas del trono, se desechó la idea por posibles confusiones sobre la financiación original. Se organizó un festival para recaudar fondos, y finalmente, la restauración se completó antes de la Semana Santa de 1988, donde el trono se presentó en una espléndida procesión. Además, se decidió restaurar la cruz del calvario, que también estaba en mal estado, encargando el trabajo al artesano granadino  D. Ángel Molero, quien añadió nuevos remates y ráfagas en plata de ley.

En otro contexto, en 1988, la Junta de Andalucía suprimió la festividad del 8 de diciembre, dedicada a la Inmaculada Concepción, lo que provocó un fuerte revuelo entre las hermandades. Estuvo la posibilidad a través de la Real Federación de Hermandades y  Cofradías de la Ciudad de Granada,  de suspender las Estaciones de Penitencia de aquel año pero, a pesar de la división de opiniones entre las cofradías, la Hermandad de Santa María de la Alhambra decidió por unanimidad realizar su salida penitencial, considerándolo un asunto político sin impacto en el dogma religioso. La mayoría de las hermandades optó por seguir este camino, y la festividad fue restablecida en años posteriores tras protestas de la comunidad.

Durante los años ochenta, la Hermandad de Santa María de la Alhambra realizó varias modificaciones en su estética y prácticas. En 1984, se alargaron los cirios de los nazarenos, buscando un estilo más acorde con las tradiciones de Andalucía Occidental. También se permitió que personas aportaran una cantidad económica para portar insignias en la estación de penitencia.

La Hermandad se convirtió en madrina de nuevas cofradías, como la del Santísimo Cristo de la Lanzada en 1984 y la de Jesús Resucitado en 1987, regalándoles «llamadores» para sus pasos. Uno de los mayores retos fue conseguir las telas de damasco azul y crema para los hábitos, problema que se resolvió parcialmente en 1985 y completamente en 2005 al importar grandes cantidades desde Casablanca.

En 1988, para celebrar su 60 Aniversario, la Hermandad publicó una revista que revisaba su historia, marcando un hito en la comunicación entre los cofrades.

Los Años Noventa

Al finalizar el siglo XX, la Cofradía de Santa María de la Alhambra mantuvo un enfoque en el granadinismo, resistiendo la creciente influencia de estilos de Semana Santa provenientes de Sevilla y otras ciudades andaluzas. A pesar de algunas adaptaciones, la Hermandad se esforzó por conservar su identidad local, destacándose por mantener la tradicional campana en su trono, a diferencia de otras cofradías que optaron por los llamadores.

Durante esta época, se observó un cambio en la terminología y en la organización de las procesiones, como la sustitución de «hombres de trono» por «costaleros». A pesar de la modernización y el uso de talleres sevillanos para ciertos enseres, la Cofradía continuó colaborando con artesanos granadinos.

Se introdujeron algunas innovaciones, como la solemnidad en la «llamada» de los costaleros, y se restableció la tradición de cirios azules. Sin embargo, la Hermandad permaneció fiel a sus raíces nazaríes, evitando la tendencia hacia el estilo barroco dominante en otras cofradías andaluzas. En general, la Cofradía de la Alhambra se destacó por su compromiso con la tradición y el patrimonio local frente a la influencia externa.

La Hermandad de Santa María de la Alhambra ha prestado gran atención al desarrollo de sus Cultos desde su fundación, estableciendo un completo programa anual a lo largo de los años. A finales de los años sesenta y principios de los setenta, la Hermandad implementó una serie de Actos de Culto, que han evolucionado para incluir misas de penitencia en Cuaresma, funciones especiales y un devoto Vía Crucis.

Los cultos actuales incluyen la misa en la casa de Hermandad el Miércoles de Ceniza, la función de los Siete Dolores el Viernes de Dolores, y un Triduo en la Semana de Pasión, además de una ofrenda floral el 15 de septiembre, festividad de la titular. El Domingo de Ramos se celebra la bendición de las Palmas y una procesión en honor a Cristo Rey. En Mayo, se conmemora la Fundación de la Hermandad y la Coronación Canónica con una Función Principal.

Desde 1990, también se permite la celebración de bodas en la iglesia, lo que ha tenido una buena respuesta entre los granadinos. Un acto notable es la «Exaltación de la Sagrada Titular», una ofrenda poética que se celebra el Domingo de Pasión, en la que participan destacados cofrades y figuras locales.

Desde 1984, la Hermandad participa en un ceremonial simbólico llamado la «Llave de la Semana Santa», que marca la apertura oficial de la Semana Santa granadina. Este acto, que involucra a la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, se ha convertido en un evento significativo que incluye la presencia de autoridades eclesiásticas y civiles. La llave, elaborada en plata, se exhibe en la Casa de Hermandad durante todo el año.

Camino hacia la Coronación y obtención del carácter Sacramental

Los esfuerzos para la Coronación Canónica de la Virgen de las Angustias de  Santa María de la Alhambra comenzaron en 1984, cuando el secretario general, D. José Luis Ramírez Domenech, solicitó autorización para iniciar el proceso. A pesar de la aprobación inicial de la junta, el proyecto avanzó lentamente debido a otras prioridades.

En 1988, el Cabildo volvió a dar impulso a la Coronación y presentó documentos en la Curia Diocesana, buscando realizarla en 1992, coincidiendo con el 500 aniversario de la toma de Granada. Sin embargo, la falta de respuesta del Arzobispado frustró estos intentos. En paralelo, se buscó obtener el carácter Sacramental para la Hermandad, lo que se logró en marzo de 1990, aunque sin fusionarse con la antigua Hermandad Sacramental de la parroquia.

A partir de ese momento, la hermandad pasó a llamarse «Real Cofradía y Hermandad Sacramental de Santa María de la Alhambra” por lo que comenzó a adquirir enseres que reflejaran su carácter sacramental, como un guión en plata y un nuevo Libro de Venias, enriqueciendo así su patrimonio y tradiciones cofrades.

San Juan de Dios

Las relaciones entre la Hermandad de Santa María de la Alhambra y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios se remontan a los años 40 y se consolidaron en los 90. En 1995, con motivo del V centenario del nacimiento de San Juan de Dios, la Hermandad fue invitada a inaugurar una procesión hacia la Basílica del Santo. 

El 20 de mayo de 1995, la Virgen fue llevada en procesión hacia la Basílica, un recorrido inédito para la Cofradía, adornado por los vecinos y acompañado por varias hermandades. La Virgen permaneció en la Basílica durante 20 horas, custodiada por miembros de la Junta de Gobierno. Al día siguiente, se celebró una misa en la que se le impuso a la Virgen la Medalla de Oro de la Orden Hospitalaria. El 21 de mayo, la procesión de regreso se desarrolló por calles decoradas, con la participación de diversas hermandades y autoridades. En 1996, la Cofradía recibió una reliquia de San Juan de Dios, que fue incorporada en un relicario para el paso de la Virgen. Además, en 1998, la Orden Hospitalaria cedió una custodia para el Corpus Christi, fortaleciendo los lazos entre ambas instituciones.

Últimos acontecimientos del siglo XX

En 1994, la Hermandad de Santa María de la Alhambra solicitó al Ayuntamiento de Granada el nombramiento de una calle en su honor, coincidiendo con el 50 aniversario del refugio del paso en el zaguán del Ayuntamiento. Sin embargo, la solicitud no tuvo éxito en ese momento. No fue hasta 1997 que, gracias a la gestión del concejal y hermano de la Hermandad, D. Sebastián Pérez Ortiz, se aprobó dedicar una parte de la Ronda Sur como “Avenida de Santa María de la Alhambra”, un hecho que se formalizó en febrero de 1998.

Durante estos años, la Hermandad también enfrentó desafíos, como la dificultad de confeccionar nuevos hábitos debido a la escasez de tela adecuada. En 1996, la procesión de Sábado Santo fue cancelada por lluvia.Y  el Hermano Mayor, D. Antonio Olivares Cano, fue sucedido por D. Miguel Hurtado Álvarez en 1997.

Bajo el liderazgo de D. Miguel Hurtado AlvarezHurtado, la Hermandad logró la fusión con la antigua Sacramental y la esperada Coronación Canónica de su imagen. 

En 1997, se introdujeron cambios estéticos en la procesión, influenciados por formas sevillanas, y en 1998, una fuerte lluvia impidió la salida del paso, aunque personalidades políticas asistieron a los oficios en la iglesia.

En 1996, se aprobó un nuevo «Estatuto Marco» para las Hermandades y Cofradías de la Diócesis de Granada, lo que llevó a la Hermandad de Santa María de la Alhambra a adaptar sus Estatutos, un proceso que se completó en octubre de ese año. Posteriormente, se abrió un periodo para la adscripción de hermanos en nuevas categorías y se programó la elección del Hermano Mayor, que se aplazó hasta después de Semana Santa.

Un hecho destacado en la historia de la Hermandad fue la presencia de Arzobispos en sus ceremonias, especialmente en Sábado Santo de 1989, cuando el Arzobispo Coadjutor D. Fernando Sebastián Aguilar estuvo presente antes de la salida de la procesión. A lo largo de los años, otros arzobispos, como D. Antonio Cañizares Llovera y D. Javier Martínez Fernández, también oficiaron importantes funciones, lo que simbolizaba un reconocimiento a la labor de las hermandades.

En 1998, el paso de la Virgen, diseñado por Indalecio Ventura en 1931, fue solicitado para una exposición de artesanía cofrade en Sevilla, donde fue muy admirado. Este fue un evento significativo, ya que fue la primera vez que el paso fue expuesto fuera de Granada, consolidando su reconocimiento en el ámbito cofrade.

La Coronación

A finales de 1997, el Arzobispo de Granada, D. Antonio Cañizares Llovera, dio su aprobación preliminar para la Coronación Canónica de la imagen titular de la Hermandad de Santa María de la Alhambra. Tras esta noticia, la Junta de Gobierno se reunió el 15 de diciembre para formar comisiones que organizan el evento, nombrando a D. José Luis Ramírez Domenech como Comisario de la Coronación y a Antonio Olivares Cano como Fiscal General.

La noticia fue bien recibida por otras Cofradías, que ofrecieron su apoyo. Se planificaron diversos actos en torno a la coronación, incluida la elección de una corona en lugar de una diadema, marcando un cambio significativo en la imagen.

La Coronación se celebró en mayo de 2000, con un traslado solemne de la imagen a la Catedral, donde, el 21 de mayo, fue Coronada por el Arzobispo ante más de cinco mil personas. La ceremonia incluyó la entrega de una Medalla de la Ciudad y la participación de diversas hermandades.

Restauración de la iglesia parroquial

La restauración de la iglesia de Santa María de la Alhambra había sido una preocupación constante para la Hermandad desde los años noventa. En 1994, se solicitó a una empresa especializada un estudio de restauración y se contactó con la entidad Hipercor para financiar el retablo mayor. En 1996, se intentó concienciar a la Junta de Andalucía sobre el deterioro del templo, pero sin éxito.

Finalmente, en octubre de 1999, el nuevo arzobispo, D. Antonio Cañizares Llovera, logró un acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Arzobispado para iniciar la restauración, que también incluiría una exposición permanente de arte sacro en la iglesia, sin perder su carácter eclesiástico.

Debido a las obras, la Hermandad tuvo que trasladar su sede provisionalmente a la iglesia parroquial del Sagrario en la Catedral. El Sábado Santo de 2002 fue el último en que la Hermandad salió de su sede original. La Virgen fue trasladada al Sagrario, donde recibió fervorosos homenajes de los granadinos en su nueva capilla.