Nuestra Hermandad tiene su sede en la parroquia de la Encarnación – Iglesia de Santa María de la Alhambra. La iglesia fue construida en 1608 dentro del recinto alhambreño, en estilo renacentista.
Historia de la iglesia
Tras la Toma de Granada en 1492 se inició un proceso de cristianización de la ciudad palatina de la Alhambra. Para ello, inicialmente, se hicieron adaptaciones a la mezquita de Muhammad III, el depuesto, para convertirla en iglesia. En 1581 se derriba dicha mezquita para construir en su lugar la actual iglesia. Estas obras finalizaron en 1618 dando como resultado una configuración muy similar a la actual.
La iglesia fue diseñada en un estilo renacentista, muy común en la época, aunque también incluye algunos elementos barrocos debido a posteriores reformas y ampliaciones. El diseño original fue obra del arquitecto Juan de Herrera, conocido por su trabajo en el Monasterio de El Escorial. La iglesia tiene una planta de cruz latina y está compuesta por una nave principal, seis capillas laterales y un altar mayor.
Debemos tener en cuenta que, en aquella época, este templo tenía una importancia mayor que la actual en la actualidad al encontrarse en el centro del poder del último reino incorporado por los Reyes Católicos. Según recoge F. Hernriquez de Jorquera en su libro Los Anales de Granada; esta iglesia sirvió de Catedral del recién ganado reino de Granada, y después tomó el tercer lugar de las iglesias parroquiales.
Durante los siglos siguientes, la iglesia sufrió varios daños y restauraciones, especialmente durante la invasión napoleónica, a principios del siglo XIX y durante la Guerra Civil Española en el siglo XX que dieron como resultado el estado actual del templo. A comienzos del siglo XXI, a instancias del Arzobispado de Granada y de la Hermandad, el templo ha sido completamente restaurado en su fábrica y tejados por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través del Patronato de la Alhambra y Generalife, incorporándose una nueva dotación de servicios. La restauración se está completando en sus bienes muebles, con un gran esfuerzo inversor de la Delegación Diocesana de Arte Sacro.
En la actualidad la iglesia está abierta al culto y al turismo en un amplio horario que nos permite poder acercarnos a nuestra Titular con mucha facilidad.
Elementos de interés
Pese a la Invasión Napoleónica y la Guerra Civil, el templo ha ido recuperando su rica ornamentación y, a día de hoy, cuenta con varios elementos de interés. Destacamos la imagen de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra que preside el retablo principal.
Por otro lado, nos encontramos con el retablo que fue realizado por Juan López de Almagro en 1671. Destacan dos grandes columnas salomónicas, con las tallas de Santa Úrsula y Santa Susana. En el remate se halla un relieve de la Trinidad. El centro del retablo contiene el camarín de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra. Por encima de esta talla, un gran crucifijo de Alonso de Mena, del año 1634, completa la iconografía del retablo. El retablo fue traído desde la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias a comienzos del siglo XIX y adaptado en el siglo XX.
Otro elemento destacado es el Conjunto Escultórico de la Encarnación que da nombre al templo. Se trata de una obra escultórica atribuida a Jacobo Florentino en el primer tercio del siglo XVI. Destaca también un Ecce Homo atribuido al escultor Pedro de Mena.
Otras obras de interés de esta Iglesia son: el púlpito labrado por Martín de Aranda y la pila bautismal, en forma de concha, que fue la base de una fuente árabe; esta se encuentra en la primera capilla del lateral izquierdo (comenzando desde la entrada)
Dentro de las obras pictóricas podemos mencionar el óleo de gran formato “La Eucaristía entre Padres y Doctores de la Iglesia”, una obra atribuida a Pedro Atanasio Bocanegra (1670-1689).
Por último, podemos encontrar otros elementos como las obras del pintor español Benito Prieto Coussent.
En el atrio de la iglesia se levanta una columna de piedra que data de 1570, sobre la cual se halla una lápida a la memoria de dos mártires: Fray Juan Cetina y Fray Pedro de Dueñas, cuyos restos se encuentran bajo dicha piedra.
