Become A Donor

Become A Donor
Lorem Ipsum is simply dummy text of the printing and typesetting industry.

Contact Info

684 West College St. Sun City, United States America, 064781.

(+55) 654 - 545 - 1235

info@zegen.com

Latest Posts

Titulares

Nuestra Señora de las Angustias de la Alhambra

La imagen de Nuestra Señora de las Angustias de la Alhambra, obra de Torcuato Ruiz del Peral, es un destacado ejemplo del arte barroco granadino del siglo XVIII. La escultura combina valores iconográficos y devocionales con una notable riqueza plástica y compositiva. Influenciada por el estilo de José de Mora, la obra destaca por su monumentalidad, una composición dinámica y un uso sofisticado del color y la luz, que le otorgan un carácter íntimo y expresivo.

Desde un punto de vista estilístico, la figura refleja una evolución significativa en la obra de Ruiz del Peral, integrando elementos de la escultura tardobarroca española. La composición es innovadora y alejada de las versiones tradicionales de la Piedad, mostrando a Cristo y la Virgen en una interacción dramática que enfatiza el dolor y la compasión.

La obra no solo posee un alto valor estético, sino también un profundo contenido teológico. La representación de la Virgen como colaboradora en la redención refuerza su papel como Mediadora, lo que contrasta con las imágenes anteriores que la mostraban en una posición más pasiva. Este enfoque resuena con los escritos místicos de la época, convirtiendo la escultura en una herramienta de devoción que conecta emocionalmente con los fieles.

Aparece representada María sosteniendo en sus rodillas el cadáver de su Hijo e inclinando la cabeza hacia la derecha, dirigiendo su mirada hacia el rostro de Cristo. Su bello rostro presenta los ojos de cristal, pestañas superiores de pelo natural, nariz alargada y labios cerrados, reflejando un dolor silente y recogido. Cinco lágrimas de cristal corren por sus mejillas, dos por la derecha y tres por la izquierda. La mano derecha sostiene la cabeza de Jesús mientras la izquierda se aferra a su mano derecha. La efigie es de talla completa, presentando la túnica y el manto esculpidos en madera de encina policromada en tonos jacinto y azul cobalto, respectivamente. Se exorna con corona de oro, rojo y blanco, (Moreno Romera, 2000), y puñal de oro, plata y brillantes. (Villarreal, 1979). La frágil hechura de Nuestro Padre Jesús, muestra la cabeza ladeada hacia el lado derecho. Carece de potencias y corona de espinas. El dramático semblante ofrece los signos propios de una muerte violenta. Los ojos, semicerrados, son vítreos y las pestañas del párpado superior, de pelo natural. La nariz es aguileña y la boca, entreabierta, permite ver la dentadura tallada. La cabellera es larga y ondulada, y el brazo derecho se desploma elegantemente hacia el suelo. El sudario lo constituye un paño ancho e irregular que envuelve la cintura de Jesús. Las piernas conservan cierta rigidez de la postura tomada en el madero. Su policromía es lívida, al igual que Maria, lo que hace destacar las heridas y cardenales repartidos por todo su cuerpo.

La datación de la obra se sitúa entre 1740 y 1750, en un periodo de madurez para Ruiz del Peral, quien logra en esta imagen un punto culminante en su carrera. Su origen está asociado a un convento franciscano en la Alhambra, donde se mantenía una rica tradición devocional. La imagen de Nuestra Señora de las Angustias no solo es un objeto de veneración, sino también una obra maestra que sintetiza arte, emoción y teología en el contexto cultural granadino.